Hay flores que no se pueden comprar porque sencillamente no se venden.
Flores rusticas que pueden ser tan bonitas y sofisticadas como las más caras flores de invernadero.
Un ejemplo: la cebolla.
Las cebollas olvidadas que no fueron recolectadas florecen de esta manera y con sus altos tallos parecen decir: ¡estoy aquí, ¿porqué no me comiste!.
(Este campo de flores de cebolla es resultado del despiste de quien lo sembró, el próximo año probablemente no habrá flores , se recolectaran todas, pues teniendo en cuenta que si hay que pagar a políticos sin vergüenza ni moralidad, sueldos vitalicios, indemnizaciones millonarias a millonarios y rescates a bancos sin escrúpulos tendremos que comer pan y cebolla.)
¡Lo que hay que ver!