NO QUIERO SER MR. SCROOGE











Ayer me dí cuenta de repente que llevo un mes protestando de la Navidad.
Mi discurso sobre la hipocresia que se derrocha en estas fechas me cansa a mí misma; me he negado a poner el arbol; le he hecho la guerra a Papá Noel y al color rojo; mi madre se ha quedado esperando a que fuera a poner el Belén y las pobres ovejitas no han correteado por el serrín; a estas alturas con los Reyes llegando no he comprado regalos y lo que es peor, no tengo una botella de anís en casa.
Creo que este comportamiento se debe a mi condición innata de rebelarme contra todo lo que sea impuesto por decreto ley; hace años que no asisto a una fiesta de Nochevieja y no soporto el besuqueo constante de gente que es encantadora solo en estas fechas, el resto del año te ven por la calle y ni te saludan.
El otro día me desearon felicidades y contesté muy "borde " que yo no felicitaba a nadie. En ese momento se hizo la luz y me ví a mí misma convertida en un autentico Mr. Scrooge....y no en uno cualquiera.... yo era el auténtico y único Mr Scrooge.
Entonces me visitó el fantasma de las Navidades pasadas y me acordé de lo que me encantaba la llegada de estas fiestas y de lo que disfrutaba en ellas; y me imaginé como serían las Navidades futuras ...¡que horror!, amargada por negarme a la obligatoriedad de pasarlo bien, ¡que tonteria!.
 Por eso he tomado la decisión de aceptar todas las felicitaciones de me quieran dar.
 Al fín y al cabo la felicidad  no es más  que una condición interna de satisfacción y alegría, y el hecho de que te la deseen es en sí algo muy pero que muy bonito.








3 comentarios:

nimenos dijo...

A mi lo que me toca la moral de la navidad es la obligatoriedad. De cualquier otra fiesta puedes escapar, si no te gusta la semana santa no vas al centro o te escapas a la playa y punto, si no te gusta la feria no vayas a los remedios.... pero la navidad está en todas partes, no se puede huir, y eso me parece muy injusto para los que no nos gusta.

A mi no me importa ser Mr. Scrooge, es más, me molesta muchísimo que la gente trate de empujarme hacia otro estado anímico en estas fechas....

Besos

Reyes dijo...

Me encanta este cuento de Dickens...para mi la Navidad es juntarme con mi familia y mis amigos de fuera a los que veo muy poquito... me encanta poner el árbol, el belén, las luces, los villancicos... el consumismo me saca un poco de quicio (y dentro de poco, los juguetes de mis hijos me van a sacar de casa!). Me alegra verte feliz (por cierto, que he aprovechado estas fiestas para ver tu blog con más tranquilidad y me ha encantado! Los angelitos me han parecido espectaculares!).
Un beso

pezdeplata dijo...

Yo hace mucho que me decidí a coger de la Navidad únicamente las cosas que me gustan... las luces, el reencuentro con los amigos, poner centros de mesa llenos de bolas y lágrimas de cristal, granadas, velas, piñas doradas..., regalar y recibir regalos muy bien envueltos con lazos bien grandes...a brindar por la oportunidad de seguir haciendo las cosas que me gusta como hago y de probar nuevas maneras de hacer las que no me gusta como llevo...estrenar año...las luces.... (ya lo he dicho no? es que me encantan). Y como broche final... las rebajas!!! Ni yo habría pensado en un final tan espectacular

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