¡Ha vuelto a ocurrir!.
Necesito unas chanclas para la playa.
Voy por la calle lamentandome de la muerte de mis chanclas japonesas.. eran ideales,.. con plantilla de cañitas y su cuña de altura perfecta...
¡Oh, mira!. En la puerta de una zapateria cualquiera un expositor con chanclas a cinco euros, supuestamente estan de rebajas.
¡Y en el interior de la tienda las encuentro!. ¡Habia llegado a pensar que no existian!. ¡Por fín mi chancla ideal!.
Después de comentar en voz alta su perfección, su altura ideal que estiliza la pierna y evita parecer un pato al andar, su material plástico resistente al trote playero y demás tonterias me doy cuenta de que es el único zapato de toda la zapateria que no tiene precio.
Feliz me dirijo a la dependienta para recabar tal información mientras rebusco en el bolso buscando la cartera.
¡78 euros me contesta sonrriente!
Entonces suelto una excusa absurda para no comprarlas .
La sorpresa es tal que te quedas como tonta , parece que tu cerebro se reduce y se te queda esta cara...
¿Que extraño impulso me guia a elegir siempre lo más caro de cualquier tienda en la que entro?.
Necesito unas chanclas para la playa.
Voy por la calle lamentando la muerte de mis japonesas y comentando lo increible que es el precio de las que acabo de decidir no comprar.
...No eran para tanto..., al fin y al cabo no son más que unas chanclas de plástico...