Hace algún tiempo que los pareos estan en peligro de extinción en las playas. Es curioso el tema de la moda playera, como la gente se uniformiza hasta para ir a tomar el sol.
Y con este pensamiento puedo recordar esas camisetas largas con dibujos en su mayoria de dudoso gusto, los pareos de mil colores , las camisolas muy cortas de manga larga con pedreria (moda que nunca entendí....¿manga larga en verano?), y por supuesto el vestidito playero que está a la última y que estéticamente queda muy bien porque por una vez la gente sale vestida a la calle.
Yo soy defensora del pareo, una prenda creada en la playa para usar en la playa y aunque confieso que sigo la tendencia del vestidito , nunca falta uno en mi cesta pues no se sabe en que momento se puede necesitar.
Porque el pareo es polivalente y es barato, un trozo rectangular de cualquier tela bonita y listo.
Puede tener multitud de usos: puede servir como esterilla para tomar el sol, como toldo improvisado, como turbante para la cabeza , como chal si hace frio, como capa de principe, como bandera de pirata....creo que ya estoy divagando...
Pues iba yo paseando por Marbella me encontré con esto de repente : ¡¡oooh! otra utilidad, el pareo convertido en vestido elegante!.
En esta tienda maravillosa vendian pareos de seda natural de todos los colores, esta es una pequeña muestra, y además te enseñan a transformarlos en vestidos.
Es perfecto, si se te hace de noche en la playa no tienes que ir a casa a cambiarte para salir, "ABRACADABRA" y te haces un vestido elegante en un momento.
Solo encontré un pero.... por supuesto el precio. Pero mejor... me ahorré perder muchísimo tiempo decidiendo que color elegir. Además siempre se puede ir a India y comprarlos por cuatro duros que creo que sale más rentable.
De todas formas tuve premio de consolación , me regalaron unas varitas de olor embriagador diferentes a todas las que he olido anteriormente. Creo que las venden 6 por un euro, todo un detalle para con el público de a pie que después del susto del precio del pareo salen felices con su precioso paquetito lleno de varitas y la sensación de haber podido comprar algo.
Para encontrar la tienda, que no sé como se llama, solo hay que perderse en el laberinto de calles del centro histórico , no tiene pérdida.